El Sillón del Diablo

El Sillón del Diablo

Un Pacto con el Diablo a cambio de mucha sabiduría en medicina y nigromancia, el cadáver de un niño, algunos perros y gatos muertos por realizarles autopsias y usarlos para ritualess satánicos en vida son algunos de los elementos que confluyen en esta historia real de Terror. Uno de los casos más interesantes conocidos de Pactos Satánicos.

Espectros que visitan esta morada del mal, El Castillo del Terror se complace en presentarles uno de los casos más terroríficos de la historia…

El Sillón del Diablo

El Sillón del Diablo

     Los hechos que dieron lugar a la maldición de El Sillón del Diablo se remontan al año 1550. En esa época se fundó la primera cátedra de anatomia humana de España. Uno de los estudiantes de dicha cátedra era un joven portugués de 22 años llamado Andrés de Proaza, residenciado en la calle Esgueva de Valladolid y con gran ambición por aprender anatomía humana.

El Sillón del Diablo

Los Hechos

      El año en el que Andrés inició sus estudios desapareció un chico de 09 años de la Calle Esgueva. Los vecinos escucharon desde su sótano estremecedores gemidos, llantos y ruidos extraños, además vieron salir agua sanguinolenta por el desague. Alarmados, alertaron a la policía y cuando abrieron en sótano, encontraron una escena digna de cualquier película o cuento de terror, solo que está fue real:

     Sobre una mesa de madera se encontraba el cadáver del niño desaparecido despedazado tras habérsele practicado en vida una autopsia, además, en la misma habitación encontraron muchos gatos y perros muertos en las mismas circunstancias. Andrés de Proaza les explicó a los agentes que tenía dos razones para hacer lo que hizo; en primer lugar, practicar anatomía y en segundo lugar Un Pacto con el Diablo.

     Los agentes vieron en aquel muchacho a un loco, pero mientras les iba explicando el ambiente pasó a ser de terror. El joven les señaló una butaca de madera explicándoles que era un regalo de un nigromante de Navarra y dicho sillón representaba el Pacto con el Diablo y le permitía al Diablo mismo comunicarse con él. Al sentarse en la silla el demonio le indicaba que tenía que hacer, le ofrecía toda la sabiduría del mundo en medicina y nigromancia a cambio de su completa obediencia a las disposiciones del maligno.

     El extraño aprendiz de medicina y nigromancia luego dijo algo que les puso los pelos de punta a los agentes: «ninguna persona que no fuese médico debía sentarse en la silla o moriría a la tercera vez que lo hiciese». El proceso fue rápido, Andrés de Proaza fue juzgado por la inquisición y condenado a morir en la horca.

El Sillón del Diablo

     El sillón, junto al resto del mobiliario del muchacho, fue subastada. Pero la fama del joven y de sus rituales satánicos, su pacto con el diablo, hizo que nadie comprara El Sillón del Diablo y dicha silla maldita pasó a formar parte del mobiliario de la Universidad de Valladolid.

     A pesar de las advertencias, el sillón permaneció en un rincón hasta que un obrero de la facultad echó una siesta sobre ella y la uso como silla de descanso varias veces el mismo día…

A los tres días murió.

     Nadie relacionó la muerte con la maldición avisada por el joven estudiante-brujo hasta que poco después, un vigilante de la universidad murió por la misma razón. Entonces si relacionaron las muertes con la maldición y la silla fue desterrada a la antigua consagrada a San Juan Evangelista, donde permanece hasta nuestros días.

El Sillón del Diablo

     Sobre esta historia llama la atención el hecho de los apuntes de nigromancia que se encontraron en los cuadernos del joven, esto, sumado a su declaración sobre la amistad con el nigromante de Navarra que le regaló El Sillón del Diablo, hace presumir que estamos ante un estudiante de las Artes Oscuras.

¿Fue siempre un disfraz de estudiante sobre la persona de un estudiante de hechicería?

      Es posible que su inscripción en la universidad fuese solo una fachada para poder tratar a seres vivos con la posibilidad de matarlos más fácilmente y disfrazar luego sus muertes.

Dime, espectro que visitas El Castillo del Terror

¿llegarías a sentarte en un Sillón maldito para obtener sabiduría sin límites?

 

6 comentarios

  1. noelia dice:

    wow no lo se..jaja si cincido con mi amigo/a Satanovki..ja tambien llevaria a alguien como conejillo de india..pero estoy segura que si me encantaria que este formara parte de mi casa..y es raro q este mueble no halla sido interesado en su momento por la vidente y el famoso demoniologo warren..

    1. Ulutuya dice:

      Muchos de esos «videntes» y «demoniólogos» suelen atemorizarse de una manera extraña ante casos como este, mientras que en sus «despachos» atienden y bajan hasta al mismo Lucifer..

  2. Satanovki dice:

    No hay duda alguna de que la tentación sería extraordinariamente grande. Por eso, lo mejor es llevar cualquier fusilánime y sentarlo allí, y que él sea quien cuente su experiencia… si sobrevive para contarla.

  3. Satanovki dice:

    Interesante historia. En lo personal, y por más que me llamen la atención estas cosas, no me sentaría en un sillón como ese.
    Terribles noches.

    1. Ulutuya dice:

      Sería interesante tenerlo al frente, enfrentarse a la tentación.

  4. Zanoni Una novela Ocultista o El Secreto de los Iniciados - El Castillo del Terror dice:

    […] El Sillón del Diablo […]

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