Arde, Bruja, Arde. Abraham Merritt …Por fin sólo me vi a mí misma, y me parecía que me iba empequeñeciendo, empequeñeciendo, hasta reducirme al tamaño de una muñeca de regular alzada. Incliné mi cabeza hacia adelante y la pequeña imagen hizo lo propio. Moví la cabeza sonriendo y lo mismo hizo ella. No podía dudar […]